En el caso de las veterinarias, la calidad del aire supone un problema múltiple, al implicar no sólo a las mascotas, sino también a sus amos, que reclaman un aire limpio y sin olores y, en mayor medida, al personal laboral, expuesto a posibles contaminantes tóxicos durante toda la jornada.
Tanto en las salas de espera, donde la contaminación del aire suele ser alta por la carga que portan los propios clientes y sus mascotas, como en los consultorios donde se brinda la atención, donde se generan cargas estáticas, compuestos químicos nocivos y se emiten partículas sólidas al aire, nuestros ozonizadores de aire aseguran la adecuación de un espacio saludable.
El ozono es un gas que gracias a un proceso químico produce la oxidación de las partículas que causan malos olores y después vuelve a transformarse en oxígeno, sin dejar ningún tipo de residuo químico. Por lo que, no es perjudicial ni para el medio ambiente, ni para nuestra salud ni la de las mascotas. Todo lo contrario, utilizar ozono para garantizar espacios puros y limpios en las veterinarias conlleva múltiples beneficios.